A cuatro meses del femicidio de Antonella Altamirano, y el asesinato del profesor Evaristo Saux, días atrás familiares, vecinos y movimientos feministas marcharon pidiendo prontitud a la justicia.
La convocatoria de ambas familias concentró en la Plaza Evita a vecinos, amigos, colegas docentes de Antonella y Evaristo, asimismo familias de otras víctimas de femicidio ocurridos en Quitilipi, también se sumaron hermanas de la Sagrada Familia de Burdeos, integrantes de los movimientos feministas Las Mariposas y Mumala; desplegando carteles y pancartas rodearon el banco rojo de la plaza, luego de unos minutos se movilizaron hasta la parroquia San Antonio.
Frente a la Parroquia, ministros de la misma, con la imágen de la Virgen María, dirigieron oraciones recordando a Antonella y a Evaristo, para aliviar el dolor de sus familiares y acompañarlos en el difícil trance que vienen atravesando por la irreparable pérdida de sus hijos.
Luego se movilizaron hasta el banco rojo ubicado en la Plaza San Martín, donde varios oradores dejaron su mensaje; Milagros Saux, hermana de Evaristo, expresó sentidas palabras recordando a su querido hermano y el último mate compartido, «a veces nos da miedo tener que olvidarte, al no escuchar tu voz y tu sonrisa, es que no sabemos cómo calmar ese dolor, solamente nos queda seguir adelante, pedir Justicia y que pague el culpable el sufrimiento que estamos pasando las dos familias, y que esto no vuelva a pasar», ¡Justicia por Antonella y Evaristo!, concluyó.
Rosana y Manuela junto a Milagros, quien recordó a su hermano
Colegas y amigas de Anto, dejaron cálidos mensajes, remarcando que aún no creen lo que le sucedió, palabras llenas de hermosos recuerdos compartidos, asimismo resaltaron la calidad humana de su amiga y colega que hoy se torna en ausencia y dolor.
Una vecina recordó haberla conocido a Antonella con una mirada triste y cansada; «era una mujer angustiada casi rendida; le propuse hablar de Dios y cambió su cara, y vi su hermosa sonrisa», luego consideró que todos venimos al mundo con un propósito y no nos vamos sin haberlo cumplido, «Antonella lo cumplió y lo seguirá haciendo» expresó, luego invitó a los presentes «a entender el dolor de otra madre, a comprometerse a participar en la próxima marcha y no hacer la vista a un lado»; también reflexionó, «hay muchas Antonellas que tienen miedo de hablar, de contar lo que les está pasando, y es que a veces, nosotros, la misma sociedad las terminamos juzgando», finalizó pidiendo que sigan participando de las marchas y de los pedidos de justicia por Antonella y Evaristo.
Rosana Altamirano, aún conmovida por la pérdida de su hija, agradeció profundamente a los presentes, y llamó a que la sigan acompañando en el pedido de justicia por su hija, por Evaristo y por todas las personas que atravesaron la misma situación.
Manuela De Domingo, madre de Cecilia Gómez, asesinada en 2014, llamó a ser más sensibles con estas situaciones que duelen profundamente en cada familia donde falta un ser querido, «y que cada uno de los presentes, en la próxima marcha, traiga al menos una persona más para acompañar a las familias Saux y Altamirano».
¿Globos y pañuelos rojos?
Varias personas que se sumaron a la marcha fueron sorprendidas por los globos y pañuelos rojos que llevaban familiares de Antonella, amigas y allegados: es que la maestra jardinera amaba ese color y según expresaron, «los globos rojos sirvieron para recordarla a Anto y tenerla presente, y todos quienes pasen por la plaza vean los globos, la recuerden a ella y a Evaristo y no los olviden nunca»
Finalizada la concentración, amigos y familiares colocaron globos en los árboles, arbustos y plantas
