A partir de éste lunes 4 de septiembre y por el término de quince días, misioneros de la «Casa del Buen Samaritano» de Buenos Aires, van a realizar una misión de atención a familias que están padeciendo el flagelo de las adicciones, el programa contempla la visita de tres barrios del casco urbano.
Desde la Pastoral de Adicciones, solicitaron que ante la llegada de los voluntarios, esto requiere que los quitilipenses los recibamos y colaboremos para alimentarlos con el desayuno, almuerzo y cena; explicaron que las donaciones de mercaderías son recibidas diariamente en la secretaría de la iglesia en horario matutino de 9 a 11h, lugar donde los misioneros serán atendidos con el desayuno, almuerzo y la cena.
Donde pueden entregar las mercaderías, o solicitar por teléfono que pasen a buscar
Durante todos estos días, los organizadores disponen de un número celular 3644-364283 (Sandra Cardozo) al que los vecinos pueden comunicarse solicitando que pase a retirar las donaciones.
Mercaderías que se requieren para alimentar a los samaritanos, para el desayuno pan o bizcochos; mermelada para el desayuno, cocido en saquitos y azúcar; para el almuerzo y cena fideos para guiso y tallarines, arroz, polenta, lenteja, tomate triturado y condimentos.
Las carnicerías, supermercados y personas que pueden aportar carne molida, pollo o carne en trozos será bienvenido, asimismo se requiere todo lo que tiene que ver con los condimentos para los guisados (morrón, zanahoria, perejil, cebollita, ajo), huevos y frutas.
Asimismo se requerirá agua mineral, bolsas de residuos, jabón tocador, jabón blanco, jabón en polvo, papel higiénico, rollo de cocina, detergente, lavandina, desodorante de piso y esponjas para higienizar la Capilla Sagrado Corazón lugar donde van a permanecer los samaritanos.
La Hermana Adela Fernández, de la Sagrada Familia de Burdeos, llamó a la comunidad, “a ser empática y solidaria con estas personas que van a realizar un trabajo territorial en los barrios visitando las familias, sus jóvenes, también personas mayores que están inmersos en el consumo; con el fin de acompañarlos, escucharlos, brindarles contención; y si desean recuperación, además de trabajar la parte espiritual”.
Para concluir agradeció al matrimonio que se ofreció para hacer y servir el desayuno todos los días a los samaritanos, asimismo a las personas que se ofrecieron para cocinar a los visitantes durante su permanencia en Quitilipi.
